Hace tiempo hablé en un post sobre mi experiencia viajando a Japón durante la pandemia, una vivencia que dudo que vuelva a repetirse por lo improbable de que se repita dicha situación.
El caso es que en mi estadía en Osaka tuve la suerte de contar con algunos días de ocio en los que pude visitar tres de sus castillos: Kishiwada, Amagasaki y el famoso castillo de Osaka.
Dos de esos tres castillos no son tan famosos, por lo que es seguro que hace falta algún incentivo más allá que el de ser enclaves históricos para hacer que los turistas y habitantes quieran visitarlos. Resulta que en estos tres castillos hay unas tarjetas gratuitas que los visitantes pueden coger y sellar en dos sellos colocados en cada castillo. Una sola tarjeta es suficiente. El objetivo es completar una bonita ilustración japonesa en conmemoración de la visita a los tres castillos, un pequeño trofeo por completar la ruta pero muy gratificante.
Me pareció una idea de promoción muy original, pues el coste es mínimo, pero es muy efectiva para crear esa sensación de necesidad por visitar el resto de castillos. Al visitar uno de los castillos es probable que te encuentres con estas tarjetas o alguno de los panfletos promocionales.
Al leer estos panfletos no solo están sugiriéndote una actividad sencilla y para todas las edades, están dando a conocer otras edificaciones históricas de Osaka que quizá no conocías, están promoviendo una actividad sana y una ruta turística sin necesidad de guía, que además regala un elemento que podría considerarse de merchandising y que es DIY (Do It Yourself), lo cual da una sensación gratificante de realización al completarlo.
Me parece toda una lección de promoción turística que, desde luego, hay que saber aprovechar. Si esta historia os ayuda en algún proyecto, acordaos de que un gracias no cuesta nada y también gratifica mucho 😉 Y si necesitáis un profesional para realizar alguna campaña o promoción, aquí está Keruanima para lo que necesitéis.